miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cazando Sirenas: De cómo yo llegué aquí

Aquí comienza este blog, que como casi todos los blogs responde al deseo ególatra de dejar que nuestra voz se oiga más allá de nuestro limitado círculo social, sin importar mucho el hecho de que la mayoría de nosotros en realidad no merezcamos tal honor.
En mi caso, me he decidido, por fin, a dar este paso mediático a razón de que un Amigo últimamente me ha hecho observar, supongo que sin pretenderlo, la importancia que tienen las palabras. Las palabras; tanto las que se dicen (o escriben) como las que no, nos coartan, nos manipulan, nos controlan; nos hacen pensar, sentir, desear, nos accionan, nos detienen, nos llenan y nos vacían. Plantean, cimientan, construyen, obstaculizan, diluyen, destruyen, enseñan e influyen. En resumen generan.
Estamos al servicio de las palabras, pues son ellas las que dan forma a las ideas y aún así es la palabra la que gobierna, la que genera el movimiento, pues una idea sublime expresada sin las palabras adecuadas no vale nada, y al contrario, ideas precarias han sido (y son) consideradas brillantes simplemente por la forma en que se expresaron.
En suma, cambiamos nuestra percepción del mundo a través de la palabra, convirtiendo a ésta en una unidad viva, peligrosa y....decisiva.
¿Por qué Cazando Sirenas? Pues porque las palabras (y las ideas que subyacen) son en realidad como sirenas, entidades que no existen pero que están, producto de nuestra mente arbitraria y subjetiva, imaginativa, irracional y evolutiva. Seres fabulosos a la par que peligrosos, que nos hacen caer en sus redes cuando la melodía que cantan toca nuestra alma. Así son las Sirenas, así son las Palabras.

Dejándome ya de tanta retórica, vuelvo a una vertiente más prosaica y debido a que este blog también responde a mi necesidad egótica de exponer mis pensamientos (y mis palabras) al mundo virtual, por muy anodinos que estos puedan resultar, aprovecharé esta primera entrada para incluir aquí una poesía surgida de mi mente más romántica cuyo título coincide con el nombre de este blog. Prometo eso sí, no extenderme mucho con este tipo de manifestaciones pueriles y ególatras ya que ni soy ninguna poetisa en ciernes, ni pretendo convertir este blog en un cuaderno poético lleno de cursis metáforas sobre la vida y el amor. Pero por esta vez me permito la licencia (más por la gracia de verla escrita que por otra cosa) y en las próximas entradas ya intentaré ser, sino científica, más analítica en mis apreciaciones.

Pues ahí va:

El mar tiene la forma de una sirena
cuando la miro desde esta playa.
El mar tiene la forma de tu cara
cuando no lo miro demasiado,
cuando se me llenan los ojos de sal
y el corazón me pesa por la arena.

Ya no oigo tu voz susurrando entre las dunas
ni escucho la canción de tu esperanza.
Ya no siento el sonido de tu alegría
ni el clamor de tu alma cuando estabas cerca.
Ya solo queda el paisaje de tu melancolía
y en el corazón de esta playa
la pena eterna.

Me llena tu recuerdo y me vacía tu marcha
me surcan tus olas y me arrastra tu mar.
Pero el sol está ahora,
demasiado alto
y yo sé que no puedo estar contigo.

Una hora habrá
para el reencuentro;
Podría ser hoy, podría ser mañana,
está bajando el sol y subiendo la marea.
No sufras amor,
yo espero aquí en la arena
que en lo más profundo de este mar
te encuentras tú,
cazando sirenas.



3 comentarios:

javi dijo...

pues tras leer el blog solo puedo decir que me ha encantado , la verdad que la poesia muy currada y la comparacion de las palabras con las sirenas tiene su logica

aparte pones un toque de humor diciendo que no pondras metaforas cursis , asi que enhorabuena claudia y animate a seguir poniendo cosas

Anónimo dijo...

Queridisima Claudia,

Acabo de leer el blog y no tengo palabras para describirlo, me a encantado: Decirte que tienes talento literario, y que escrivas mas y nos dejes leer estas hermosas palabras,frases etc.. Solo decirte que escrivas mas que me gusta tu talento literario.

un saludo

xavier ferrando

Anónimo dijo...

El canto de las sirenas sólo eran sonidos inarticulados, encantamientos que operaban en el sistema límbico de Odiseo, sus emociones. Por eso se ató al mástil de su barco.

Las palabras son sonidos articulados, mucho más poderosos que la música. Porque no sólo pueden secuestrar tu sistema límbico, sino también tu neocórtex; emociones y razón.

Por ello, éste tu primer post, resulta mucho más cautivador que los cantos vocingleros de muchas sirenas que pululan por ahí fuera.

Sigue cantando... articuladamente.

Sergio