miércoles, 7 de octubre de 2009
De la Vida Misma (V). Mi vida Nocturna.
jueves, 9 de julio de 2009
De Cuando menos te lo esperas.
jueves, 18 de junio de 2009
De irse. Y al llegar, marcharse.
Y irse. Y marcharse. Y volver. Y ganar. Porque esto....también pasará.
... Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando:
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostáljico...
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.
Juan Ramón Jiménez.
martes, 14 de abril de 2009
De Ver.
lunes, 30 de marzo de 2009
De Perderse.
Y deseas con toda tu alma ser otra persona, ese OTRO que tu mente ha ido gestando, esa proyección realizada con las más altas cualidades que hemos ido construyendo para conseguir, quizá, una fugaz mirada suya.
Y mejoramos, y nos convertimos en otra persona, una persona distinta, más capaz, más atractiva, con más recursos, con más iniciativa, con más paciencia. Pero a la vez más voluble, más cínica y asustada, sumergida en la marea de personalidades en la que te has convertido, nadando entre fragmentos de realidad que se superponen y se funden, perdida entre los pliegues de tu nuevo yo.Dormida, fragmentada, inconexa. Exhiliada al mundo de las sombras y la soledad. Estar sin estar, dormir sin despertar. Suplantada. Por una versión mejorada de ti misma, por una identidad que no es la tuya, por una...extraña?
miércoles, 25 de febrero de 2009
De la Vida Misma (IV): Jugada a Dos.
De "Songs of my Musical Universe" (II): Nothing Else Matters
sábado, 14 de febrero de 2009
Del Amor y Otros Demonios (II)
Y escuchando esos versos sientes como el alma se agita, suave, imperceptible, movida por la franca y natural sencillez que fluye. Expandiéndose en tu pecho, llenando tus pulmones de tristeza contenida, deslizándose hacia tu corazón para apresarlo en la fantasía del amor, en el anhelo de amar y ser amado, atrapándolo en el deseo de palpitar en sincronía con otro corazón.
Deseo. Deseo que me escriban los versos más tristes esta noche, que desnuden su alma entre el discurso de intenciones, que sientan el veneno del amor corriendo por sus venas y que el poeta que llevan dentro resurja de sus cenizas para ofrecerme esas palabras que saben atrapar mi alma y devorar mi corazón:
tú vives en mi mente sola, fija, sin tregua, a toda hora,
¡y pienso en ti.....!
miércoles, 28 de enero de 2009
De una Cierta Tristeza.
El aire es inmortal. La piedra inerte
Federico García Lorca.
Hay días en los que sientes cierta tristeza, un vacío existencial que invade tu cuerpo aprisionando tu alma. Y te sientes esclavo de ti mismo, sujeto al suelo por pesadas cadenas, náufrago absoluto de tu propia vida. Una niebla densa se propaga por tu mente, amargura condensada que se derrama invisible por tus pensamientos, y oyes los ecos de tu corazón que agoniza al compás de un tiempo dilatado, ralentizado minuto que lo engulle todo y que te deja a oscuras, en la negra soledad de la desesperanza.
Una cierta tristeza. Una pequeña muerte. El trís del corazón que se rompe. La aguja que cae. El minutero que se para. El instante. La caída de tu alma suspendida en el abismo. La herida y el alfiler. La nota sostenida. El limbo virtual que empaña tus sentidos. Y la soledad. La soledad que te mata, que te muerde, que tira de ti y te espolea, que te cansa y que te arrastra y a la que vences cada día, a cada hora, a cada instante. La que espera paciente en las horas tristes delante de tu puerta en ruinas, de tu mundo a pedazos, dispuesta a comerte el corazón. Extraña familiaridad que acompaña a la tristeza y que deposita sobre tus hombros todas las miserias de este mundo.
Pero todo es una ilusión, un desvarío, una bajada a los infiernos para comprender que la vida es mutable, que no hay que dar nada por cierto, que todo cambia y se transforma, que vivir, a veces, es morir por dentro y que la felicidad es solo una sombra que vamos persiguiendo.
jueves, 22 de enero de 2009
De las Casualidades.
Las casualidades nos fascinan, nos extrañan, activan una parte de nuestro cerebro que nos hace estar alerta e incluso nos llevan a hacer elucubraciones sobre el significado de tan extraordinaria duplicidad de acontecimientos.
¿Qué tienen las casualidades para generar semejantes razonamientos en nuestro cerebro? ¿Por qué despiertan nuestros instintos? ¿Son sólo hechos irrelevantes o pueden marcar un punto de inflexión en nuestras vidas? ¿marcan las coincidencias nuestro rumbo?
Las casualidades, sin embargo, tienen un gran peso en nuestra socialización. Nos dejamos arrastrar por ellas sintiéndonos atraídos por aquellas personas que coinciden con nosotros, estableciendo compatibilidades que aumentan a medida que crece el número de coincidencias en la relación. Buscamos la duplicación en todas sus formas y en nuestras relaciones interpersonales tendemos a establecer afinidades según nuestras semejanzas.
Las casualidades despiertan pues, en nosotros, un sentimiento especial que nos pone en guardia, haciéndonos pensar que un acontecimiento insólito, casi mágico, podría estar a punto de entrar en nuestras vidas.
¿Pueden las casualidades modificar nuestros sentimientos? ¿Pueden acercarnos al otro? ¿Pueden hacernos sentir que la persona con la que tanto coincidimos es la que hemos estado buscando toda la vida?
Las casualidades son entonces maravillosas, pues nos incitan a la curiosidad, al interés, empujándonos a descubrir aspectos de los demás que no solemos preguntar, y ante el asombro de la coincidencia solo nos queda rendirnos a la evidencia de que otros también transitan por nuestro camino. Es entonces cuando vemos una señal, un indicio de que podemos vernos reflejados en los ojos del otro, sentirnos comprendidos y discernir que por suerte no estamos solos, que no somos tan extraños y que corre alguien más por este mundo que comparte nuestro destino.