
Y deseas con toda tu alma ser otra persona, ese OTRO que tu mente ha ido gestando, esa proyección realizada con las más altas cualidades que hemos ido construyendo para conseguir, quizá, una fugaz mirada suya.
Y mejoramos, y nos convertimos en otra persona, una persona distinta, más capaz, más atractiva, con más recursos, con más iniciativa, con más paciencia. Pero a la vez más voluble, más cínica y asustada, sumergida en la marea de personalidades en la que te has convertido, nadando entre fragmentos de realidad que se superponen y se funden, perdida entre los pliegues de tu nuevo yo.Dormida, fragmentada, inconexa. Exhiliada al mundo de las sombras y la soledad. Estar sin estar, dormir sin despertar. Suplantada. Por una versión mejorada de ti misma, por una identidad que no es la tuya, por una...extraña?